Los teléfonos móviles aumentan las ocasiones para comportarnos impulsivamente con consecuencias potencialmente graves.
Según la especialista en seguridad online Parry Aftab, "No importa lo listo/a que seas en la vida real: mucha gente se vuelve estúpida online". Añade que el factor tecnológico hace que las pruebas de nuestra insensatez permanezcan indefinidamente y que no sepamos nunca todos los sitios a donde han llegado: la comunicación instantánea de este siglo XXI (SMS, sexting, Twitter, e-mail...) genera infinitas oportunidades para los actos impulsivos de consecuencias permanentes. Es decir, la tecnología disemina nuestros errores a escala internacional en cuestión de minutos. De hecho los emails o mensajes en redes sociales son cada vez más usados en procesos de divorcio. Según el profesor de psicología de la Universidad de Minnesota William Doherty, ahora los ex conservan ese tipo de información. Según Doherty cuando sufrimos factores de stress como el enfado, la atracción sexual o los problemas económicos, tendemos a pasar por alto los riesgos pese a conocerlos y cometemos lapsus de juicio.
El problema en el caso de los adolescentes suele ser que no piensan en lo que hacen, o si lo hacen no se dan cuenta de a quién puede llegar, o no les pasa por la cabeza que pueda haber alguien que lo tome o interprete de manera diferente a la suya. O, sencillamente, les importa un bledo.
En el caso de las celebridades y famosos es también frecuente, pero hay quien dice que se trata de un comportamiento aprendido, al estar acostumbrados a cumplir cualquier capricho. Al caer en casos de sexting "puede parecer que su comportamiento es asocial o amoral pero en realidad, ¿no se han comportado siempre así?", se pregunta Loren Terveen de la Universidad de Minnesota. Es algo aplicable también a personas en posiciones de poder, desde los productores de cine a los clérigos.
Hasta hace unas pocas décadas, la comunicación tenía su lentitud, lo que permitía reconsiderar el tono de enfado de una carta, p.ej. Pero la comunicación cada vez más inmediata va ahora acompañada de un mayor riesgo de comportamientos peligrosos. Por ejemplo, en el caso de los mensajes, ante teníamos los mensajes de voz en los contestadores telefónicos de las líneas fijas, y sabíamos que serían borrados. Pero ahora, los mensajes digitales como los SMS pueden ser reenviados con lo cual pueden no desaparecer nunca.
Doherty advierte que si bien la generación de nativos digitales conoce mejor la tecnología, no se le da mejor valorar sus riesgos. Por otro lado, aunque los usuarios más mayores de estas tecnologías pueden ser menos proclives a enviar p.ej. mensajes de sexting, sí que pueden caer en estupideces análogas como enviar mensajes de email incendiarios a compañeros de trabajo o familiares. Aftab confirma que son frecuentes los casos en que los adultos envían fotos que no deben a ligues de Internet o simplemente haciendo el gamberro bajo los efectos del alcohol. Es una cuestión del uso responsable de la tecnología, como debemos saber usar responsablemente un coche, p.ej. La conocida abogada y experta estadounidense niega que el sexting entre adultos esté aumentando: lo que pasa es que está saliendo más a la luz. Así pues, en lo que respecta la comunicación instantánea, ser más viejo no significa ser más sabio, y los padres a veces no se aplican el consejo que dan a sus hijos.
Aftab lo explica con un consejo que le daba su madre: Nunca salgas de casa sin bragas porque te podría pillar un coche y entonces todo el mundo te vería. En el mundo online debemos aplicar el mismo principio: "Pocas cosas de las que hagamos son privadas de verdad a no ser que estés desconectada de la Red, tu compañero de cuarto no tenga su portátil apuntándote y no estés hablando con nadie".
Fuente: Star Tribune
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