En primer lugar ¿qué es PantallasAmigas?
Es una iniciativa que nació en 2004 con el objetivo de promover un uso seguro y saludable de la tecnología en Internet, videojuegos y teléfonos móviles entre los menores, así como promover la ciudadanía digital responsable.
¿Qué ideas traslada en su intervención en estas jornadas?
Sobre todo la idea de desmitificar las redes sociales como un nuevo generador de riesgos. Las redes sociales no aportan nuevos riesgos de los que ya hay en Internet. Hay riesgos, pero básicamente son los mismos. Sí se enfatiza, no obstante, la cuestión de la pérdida de la privacidad. En todo caso los riesgos que ya se daban, se dan con mayor frecuencia, por las funciones automáticas de las propias redes sociales, por los nexos consecutivos que te enlazan con amigos de amigos de tus amigos y que hacen que pierdas el contacto con los del principio, etcétera. Las redes sociales son como las verbenas: generan más amores, pero también generan más riñas. Además, en la privacidad no sólo depende de tu comportamiento, sino también del de los demás que se relacionan contigo. Por ejemplo, que una foto tuya la cuelguen sin permiso o que comenten algo sobre ti que no te gustaría que se supiera.
¿Deberían los centros educativos contar con programas específicos para enseñar una utilización adecuada de Internet?
Son necesarias más horas de educación de este tipo en los colegios y desde diversos organismos internacionales lo están demandando. Pero es difícil porque el currículum está muy cargado y luego no tiene un lugar propio en el cronograma escolar: muchas veces se mete en Informática, en Educación para la ciudadanía o —sobre todo— en tutorías. Lo cierto es que debería tener un lugar desde el inicio de Primaria.
¿Qué consejos lanza a esos padres que temen que sus hijos se extralimiten con Internet?
Tal vez dos ideas. Por un lado, que no hay ningún problema que sea estrictamente grave en Internet si los chavales piden ayuda de inmediato. Sin embargo, las estadísticas dicen que no lo hacen. Por eso el consejo a los padres es que sepan transmitir a sus hijos que cuando tengan un problema en Internet, que cuenten con ellos. Los jóvenes aguantan y aguantan hasta que el problema se va engordando y en ocasiones los padres se enteran cuando llega hasta la Policía. Los padres no deben castigar en estos casos, porque si no no acudirán a ellos. Y luego, que hagan todo lo posible por conocer más las tecnologías, porque esto les va a permitir saber más de una parte de la vida de sus hijos y hablar de ese tema con ellos. Por eso recomiendo que pidan a los hijos a que les ayuden a organizar sus viajes o que les den de alta en el Facebook para que así tengan espacios comunes.
Disculpe mi ignorancia pero ¿qué es el grooming y el sexting?
El grooming son las situaciones de acoso inicialmente sutil de adultos a menores, ganándolos a través de una fingida empatía, una especie de engatusamiento online con fines sexuales. Y el sexting es la práctica por la cual se trasladan imágenes erótico-sexuales a través de los móviles inicialmente y que luego no se sabe dónde pueden acabar.
El ciberbullying, es decir, el acoso que se produce entre iguales a través de los medios telemáticos y que en los últimos años hemos ido conociendo más y más casos en los centros educativos ¿está yendo de más a menos?
En realidad, el ciberbullying está creciendo más, porque hay más intensidad de uso, más tecnologías, más horas de utilización y se produce a edades más tempranas. Es como cuando hay más coches en la carretera, que se producen más colisiones.
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Fuente: DiarioInformacion.com
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