De acuerdo con la investigación, el uso sin moderación podría exponer a los adolescentes al cyberbullying, ansiedad social y aislamiento severo. En ese sentido, señalan como esencial que los padres acompañen la vida virtual de sus hijos.
En opinión de Gabriel Oliveira las identidades de los jóvenes son reforzadas por medio de las redes sociales, a partir de la imagen que se desea trasmitir.
Según la investigación, los jóvenes que desarrollan depresión, manifiestan previamente una tendencia al aislamiento o ansiedad y buscan en Internet una forma de interactuar con otras personas. Cuando esa relación no se establece, ellos se deprimen. El trabajo recomienda que los padres evalúen si el tiempo dedicado a las relaciones virtuales interfiere o no en la construcción de relaciones reales.
Las herramientas que deben ayudar a esta vigilancia paterna incluyen:
- software de control parental, incluyendo el bloqueo de webs
- definición de horarios de uso, acordados entre padres e hijos
- medidas de los propios servicios de red social, como la edad mínima de acceso (aunque puede ser fácilmente burlada), o el establecimiento de un uso ético (condiciones de uso y netiqueta) cuya vulneración pueda ser denunciada por los propios miembros de la comunidad virtual (aunque los millones de usuarios de algunas redes sociales lo convierten en difícil).
Fuente: Adital
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