La policía mexicana descubrió el pasado sábado el cuerpo decapitado de Marisol Macías Castañeda, trabajadora del diario Primera Hora, en la ciudad mexicana de Nuevo Laredo (junto a la frontera con los EE. UU.) junto a una nota manuscrita que explicaba que había sido asesinada por un cartel del narcotráfico en represalia por lo que había escrito en Nuevo Laredo en Vivo, una red social de Internet. La nota incluía también el nombre de usuaria que la mujer usaba en dicho web. Podría ser el tercer asesinato por causas similares tan sólo en este mes.
En dicha red social se tratan noticias de interés para el ejército y la policía mexicanas e incluye una sección para denunciar la ubicación de ventas de droga.
La nota encontrada junto al cuerpo incluía un aviso a dicha red social y a otras, y a los informes de denuncia que incluyen, junto a la firma del hiperviolento cartel de Los Zetas, de la vecina Laredo (Texas), formado por desertores del ejército.
Según otros participantes en los foros de Nuevo Laredo en Vivo, la asesinada era una usuaria asidua que publicaba con frecuencia informes desde un ordenador y teléfono portátiles. Los habitantes de las ciudades fronterizas mexicanas a menudo utilizan nicknames para informar sobre la violencia del narcotráfico ya que así disfrutan de cierto grado de anonimato en webs como Facebook, Twitter, salas de chats y blogs. Aunque estos crímenes demuestran que dicho anonimato no es absoluto y que los criminales tienen maneras de averiguar quién los denuncia en Internet. Los usuarios también usan estas redes para saber qué zonas evitar o dónde se están produciendo tiroteos.
Fuente: The Telegraph
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