El Gobierno de Estados Unidos prepara una nueva legislación para espiar las comunicaciones a través de redes sociales como Facebook o Twitter, comunicaciones encriptadas como las de los teléfonos Blackberry, sistemas de voz IP como Skype y archivos P2P. El motivo es que hasta ahora a este tipo de empresas no se aplicaba la obligación de adaptar sus servidores para permitir el espionaje por parte de las agencias del Gobierno, algo que sí se exige a compañías de telefonía y a empresas proveedoras de conexión a Internet según la Ley para la Asistencia de las Comunicaciones en el Orden Público, aprobada por la administracion Clinton.
La excusa del gobierno estadounidense es que supuestamente hay un mayor número de terroristas que usan redes sociales de Internet y dispositivos que permiten cifrar mensajes para coordinar sus ataques.
El objetivo de la anterior ley era la "intercepción de comunicaciones cuando se deba mantener el orden público y otros propósitos". En 2004 el FBI y otras agencias de seguridad consiguieron ampliar los tipos de espionaje de las comunicaciones telefónicas a Internet.
Dada la creciente relevancia de las nuevas redes (Facebook tiene 500 millones de usuarios), el Gobierno de EE.UU. quiere tener la capacidad de espiar también ese tipo de comunicaciones.
Estados Unidos se unirá así a países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e India, que el pasado verano le pidieron a Research in Motion, fabricante de BlackBerry, que les permitiera acceder a sus servidores por motivos de seguridad nacional. El gobierno de Nueva Delhi alegó que los atentados terroristas de 2008 en Bombay habían sido coordinados usando este tipo de dispositivos.
Las organizaciones de defensa de los derechos civiles, como Electronic Frontier Foundation, ya han presentado numerosas demandas en los tribunales por estas leyes de espionaje. En este caso, consideran que es especialmente grave el intento de interceptar las comunicaciones cifradas.
"En los últimos 10 años, aun cuando el gobierno ha tratado de ampliar enormemente sus poderes de vigilancia, nunca ha intentado prohibir el desarrollo y la implantación de los sistemas de cifrado de comunicaciones. Ahora asume ese intento, siguiendo los pasos de regímenes como el de Emiratos Árabes Unidos, que recientemente ha dicho que algunas herramientas de privacidad son demasiado seguras y han de mantenerse fuera de las manos de civiles", explica Setch Schoen, analista en tecnología de esa organización.
Fuente: El País
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